En el nombre del pueblo

Publicado el

¿Cómo se mide a un pueblo? ¿Cómo se sabe que lo es? ¿Cómo se hace su censo? ¿Quién puede contarse y quién no como parte de él? ¿Pertenecen a un pueblo los que se declaran como miembros de él o los que llevan ciertos apellidos o han nacido en un sitio y no en otro? ¿Soy parte de un pueblo porque lo digo yo o porque lo ha decidido quien habla en nombre del pueblo? ¿Cómo se sabe que el que habla en nombre de un pueblo expresa su voluntad colectiva? Si el pueblo ha existido desde siempre, ¿cómo es que hay que dedicar tantos esfuerzos y tanto dinero a la construcción de su identidad? ¿Por qué mecanismos sin duda parapsicológicos alguien puede afirmar que a través de él se expresa la voz del pueblo? ¿Y qué se hace con los que no son del pueblo, porque tienen el apellido equivocado, o porque hablan con otro acento, o porque se atreven a decir que no quieren formar parte de él? ¿Cómo se calcula su antigüedad, asunto siempre de tanta importancia para los celebradores de los pueblos? ¿Hay un carbono-14 que permita saberlo? ¿Cómo se sabe en qué momento de la historia o de la prehistoria el pueblo empezó indudablemente a existir? ¿Es un sentimiento? ¿Y si resulta, como sucede con frecuencia, que uno cambia de sentimientos? ¿Hay una taxonomía segura para los pueblos, como para las especies? ¿Hay híbridos? ¿Hay pueblos que no sean pueblos elegidos?¿Se puede dejar de pertenecer a un pueblo y sumarse a otro? ¿Lo pueden a uno expulsar los inspectores de la comunidad sagrada si se muestra díscolo, o desapegado, o si le da por marcharse? ¿Todos los pueblos tienen orígenes gloriosos?

Qué cansancio. A principios del siglo XIX unos cuantos poetas y filósofos reaccionarios alemanes se inventaron la fantasía del pueblo primigenio para oponerla a la idea de ciudadanía laica de la Revolución francesa. Algunos de ellos copiaron como hechos históricos fábulas recogidas por Tácito en su Germania, las mismas que repitieron después con pequeñas variaciones, a lo largo del siglo, todos los demás inventores de pueblo inmemoriales(Hay un libro interesantísimo sobre eso, A Most Dangerous Book, de Christopher Krebs, y está traducido al español). Jamás pudieron imaginar el éxito que iban a tener.